Ondulantes montañas y cerros de colores. De ríos e imponentes abismos y volcanes; y suaves cantos de pajaritos. La casa de mamábuela. Los envueltos de choclo y las cosechas de café y papa. Todos recuerdos de su infancia en aquella tierra fértil donde nació. Una zona rural de Buisaco, un municipio de Nariño.
REPORTAJES
LO QUE OCURRIÓ MIENTRAS DORMÍAS
Caminan en silencio y sin saber muy bien a dónde dirigirse. La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) está en el cuarto piso, es la única orientación que tienen y deciden continuar sin preguntarle a nadie.
SANGRE DE MI SANGRE
Son las 4:12 pm. Me siento como si llegara a una cita médica. Acabo de subir cuatro pisos por las escaleras y me dirijo al apartamento 305C. A pesar de ser casi hermanos, estoy nervioso. No sé cómo saludarla, ni qué decirle, ni cómo entrevistarla, ni siquiera tengo preparadas las preguntas. La puerta es de color café….un café amargo y oscuro. Se alcanzan a ver los huequitos en la madera. Se abre. “¡Aleja!, llegó Andrés”, grita la hermana menor.
SOMBRAS SON LA GENTE
“La sociedad se desintegra. Cada familia en pie de guerra. La corrupción y el desgobierno, hacen de la ciudad un infierno. Gritos y acusaciones, mentiras y traiciones, hacen que la razón desaparezca. Nace la indiferencia, se anula la conciencia, y no hay ideal que no se desvanezca”.
Hipocresía, Rubén Bládes
EL EFECTO NAVARRO
Desde hace tres años este cierre se ha venido concretando; pero no es el final de la historia. En el camino quedaron cientos de recicladores, desposeídos y en espera de recuperar el empleo que requieren para sobrevivir y que les fue arrebatado.
EN NOMBRE DEL PADRE
Les quitaron todo. Huyeron para salvar sus vidas. Sólo llevaron consigo lo único que les dejaron: miedo, dolor y odio. Al llegar a Cali, su mamá debía pagar a una cuñada trescientos cincuenta mil pesos por el alquiler de una casa en la que vivirían por poco tiempo…
CUANDO LA GENTE MORÍA DE FORMA NATURAL
Cuando supo que había muerto su papá, la pequeña Mariela emprendió camino llorando. A sus 12 años nunca había sufrido por la muerte y quizá ni siquiera comprendía su significado. Por encima de sus ojos se dibujaban las figuras de los árboles. Las ramas grandes intentaban alcanzar las nubes, se veían diferentes esta vez. Aquel día no le era posible contemplar la belleza del cielo.
TREINTAITRÉS MUERTOS Y MEDIO
En enero del 2011 Palmira no sufrió los estragos del invierno que azotaba al resto del país, pero una ola de violencia inundó sus calles. Según los diarios locales, los culpables de estos altos índices de homicidio y criminalidad fueron “móviles pasionales, venganzas personales, altos niveles de intolerancia, la problemática social de algunos sectores, la falta de oportunidades educativas, el dinero fácil, el desempleo y la inadecuada utilización del tiempo libre…
LAS CIUDADES INVIVIBLES: PALMIRA
“Existen barrios en Palmira donde las bandas del delito y el sicariato conviven en casas con jefes que pagan arrendamiento y comida. Compran el grano en las plazas de mercado y pagan cumplidos los servicios públicos, incluyendo televisión satelital para observar delitos a escala mundial. La policía sabe dónde se encuentran esas cabezas, pero tiene miedo de abrir esas madrigueras con sus ratas dispuestas a acabar con toda la ciudad”. Fernando Estrada, filósofo y analista.